“…Las enormes gotas de algo más que una lluvia se avecinan, comienzan a golpear su cuerpo… la dama que viste un largo abrigo café y lleva un niño de la mano, emprende el paso largo, apresurado y cauteloso… corre… la multitud corre… Cyn solo camina… los demás observan: loca, insensible o simplemente dañada de la mente y la cordura… ellos califican, ellos estereotipan… Cyn camina con pausados y determinantes pasos… la mente pensante y divagadora…
…el agua encharcada en las esquinas transitadas logra penetrar los zapatos… el agua ahora es parte de su piel… Cyn camina, camina y piensa… pronto, la mente en blanco y a la vez decrépita capta una imagen: él pasa… él sonríe… él también camina… ambos caminan… los demás corren y se refugian… ambos caminan y palpan la lluvia, la saborean, la sienten, la viven… él camina, Cyn camina, lo observa, lo analiza… mientras que sus músculos se contraen, sus sienes duelen… su mente se disipa… su sentir vibra… el corazón duda… la mirada se nubla y la obliga a dormir… (…)
… él solo pasa… sonríe y sigue su trayecto… inenarrable para ella… indiferente para él… él sigue andando… lejos, ahora aun más remoto a Cyn…
…casualidad con trayectos diferentes… o quizá realmente sentimientos disímiles…
Me gusta tu mirada bonita, y te extraño con el alma!...
